El Real Madrid femenino estrenó el año 2023 goleando (0-4) al Madrid CFF en el derbi madrileño de la jornada 14 de la Liga F. En un partido sin brillo de las blancas, pero de máxima efectividad, los goles de Esther González (dos), Caroline Weir y Maite Oroz aseguraron tres puntos importantes para la pelea por las plazas europeas.
Para el aficionado madridista, un duelo como el previsto para la tarde del domingo en el estadio Fernando Torres de Fuenlabrada entre Madrid CFF y Real Madrid siempre daría inicio oliendo a chamusquina. Demasiados argumentos sospechosos confluían antes del pitido inicial: vuelta a la competición tras la Navidad, equipo ante el que en temporadas anteriores el Real ha sufrido, meteorología adversa… y rivales directos como el Atlético de Madrid dejándose dos puntos durante el fin de semana.
Del minuto 1 al 90, en los momentos clave del partido, la moneda fue cayendo cara para el Real hasta terminar desesperando al conjunto local
Con esa mano de cartas, el Madrid acostumbra a firmar partidos rebosantes de drama e intriga; a menudo, el descalabro blanco termina materializándose para dar la razón a quienes llevan con la ceja enarcada desde que suena el despertador. Pero esta vez, el año nuevo regaló al equipo de Alberto Toril una bolsa de fortuna en apariencia sin fondo. Del minuto 1 al 90, en los momentos clave del partido, la moneda fue cayendo cara para el Real hasta terminar desesperando al conjunto local.
Toril se decantó por un centro del campo compuesto por Claudia Zornoza y Maite Oroz, bandas para Athenea del Castillo y Naomie Feller, y punta asignada a Esther González con el apoyo de Caroline Weir. La efectividad del plan madridista ni siquiera pudo empezar a calibrarse cuando llegó un gol de los que marcan como cicatriz de infancia cualquier partido. Sofie Svava, todo fuerza y fe, ganó el primer duelo del choque en línea de fondo a la experimentada Aldana Cometti, sirvió el balón al área y allí, con la defensa recién plantada, primero Athenea y después Esther en dos ocasiones contactaron con el esférico hasta que la mera insistencia empujó el cuero a la red.
El impacto del 0-1 a los 60 segundos se asemejó a la interpretación de la aparición de un cometa incandescente en un cielo de hace miles de años: el Real Madrid comprendió que era su tarde de suerte, nada podría salir mal; el Madrid CFF, la tribu de al lado, quiso ver lo contrario —su infortunio— y acabó por interiorizarlo. Sólo Racheal Kundananji, la gran baza local, pareció creer en la remontada de las suyas. Una y otra vez, el conjunto radicado en Fuenlabrada buscó la exuberancia física de la zambiana, tanto al choque como al espacio, apretando las tuercas a Kathellen Sousa y a Rocío Gálvez como pocas rivales pueden hacerlo en la competición española.
Las blancas resistieron sobre el alambre del fuera de juego en primera instancia, y en los guantes salvadores de Misa Rodríguez después, la primera parte de asedio del Madrid CFF. El empate pudo llegar en el 23 tras una falta directa de Karen Araya dirigida a la escuadra, pero la portera canaria —ayudada por el larguero— vino a confirmar con un paradón que sigue empeñada en que el mundo la reconozca como la guardameta más en forma del mundo.
Poco antes del descanso, una vez resuelto el apuro en área propia, llegó el cero a dos de la tranquilidad. Maite Oroz botó en corto una falta lejana para que Caroline Weir chutase desde fuera del área, aprovechando la lluvia racheada, y su disparo seco fue rechazado al corazón del área por Paola Ulloa. Allí, como marcan los cánones, llegó antes que nadie la delantero centro, Esther, para firmar su doblete y dejar encarrilado el partido.
Por entonces, y teniendo en cuenta los esfuerzos de uno y otro equipo, el marcador era demasiado abultado. No obstante, a la vuelta del descanso Weir regaló otro golazo con denominación de origen escocesa para, al menos, justificar la goleada en la diferencia de calidad entre futbolistas. Ese 0-3 nació con una Misa en tareas de líbero lejos de su arco. Un balón largo desviado de la ‘1’ fue domado por Caroline Weir en campo rival y, ante sí, encontró una ladera verde por la que trotar sin oposición. Así avanzó hasta el balcón del área la de Dunfermline, donde alzó la vista antes de lanzar un zurdazo que hizo retumbar la portería de Ulloa.
Aunque aún restaba media hora de juego, con los tres puntos asignados Alberto Toril pudo empezar a pensar en su análisis del partido y en el reparto de minutos pensando en el bullicioso mes de enero que espera. La única batalla viva era la mantenida entre Kundananji y Kathellen, de la que la brasileña salió como un soldado raso de la batalla del Somme, vendaje completo de cabeza incluido. En el resto del campo, y ya con un Madrid CFF sin fuelle, Feller completó una buena actuación y Maite Oroz vino a recordar lo fantástica futbolista que es. Como premio, la navarra puso en el 84 el 0-4 definitivo con un recorte de calidad en la frontal, seguido de un golpeo ajustado al palo derecho de Paola Ulloa.
Con un colchón de cuatro puntos y dos partidos menos sobre los perseguidores de la tercera plaza liguera, el Real Madrid afronta ahora cinco partidos en 16 días, repartidos en tres competiciones. En Liga F, las blancas se enfrentarán a Real Betis, Deportivo Alavés y Athletic Club, rivales ante los que bien podría dejar más que encaminada su clasificación para la próxima Women’s Champions League. No obstante, los focos estarán puestos —y con razón— en los partidos de las copas en liza: Copa de la Reina y Supercopa de España. Con el título de liga bien agarrado por el Barcelona en el futuro inmediato, las opciones de inaugurar la vitrina de trofeos de la sección femenina del Real Madrid pasan por aquí.
Primero llegarán los octavos de final de la Copa, este mismo jueves, visitando al Fundación Albacete de la segunda división. Y al contrario de lo que sucede con el primer equipo masculino, la Copa de la Reina es más acicate que obstáculo inoportuno para la dinámica general de un equipo en proceso de crecimiento. Competir y superar eliminatorias a partido único se asemeja a los deberes de caligrafía en el colegio: sólo a base de repetición, prueba y error se adquiere la competencia.
Con un colchón de cuatro puntos y dos partidos menos sobre los perseguidores de la tercera plaza liguera, el Real Madrid afronta ahora cinco partidos en 16 días, repartidos en tres competiciones
En ese mismo formato, reforzado a modo de torneo de fin de semana en Mérida, llegará la disputa de la Supercopa de España a mitad de mes. En la final esperará la Real Sociedad o el Sporting de Huelva —por lo que para el Real se presenta una oportunidad de oro de tocar metal—, pero para llegar a esas instancias será necesario superar por primera vez en la historia al FC Barcelona femenino. Por el contexto del partido, y a tenor de la racha de derrotas inapelables sufridas hasta el momento, una victoria ante el máximo rival supondría el siguiente gran punto de inflexión para el Real Madrid femenino tras las primeras clasificaciones para la Champions League.
Aunque la plantilla de Alberto Toril tendrá mucho que remar si quiere conseguirlo, la mera posibilidad de grabar sus nombres en la nueva sala de trofeos del Santiago Bernabéu bien merece el intento… y 2023 sólo acaba de empezar.
Fotografías: realmadrid.com
La Galerna trabaja por la higiene del foro de comentarios, pero no se hace responsable de los mismos